Los últimos datos hechos públicos recientemente por el Instituto Nacional de Estadística nos muestran unas cifras de población que, vistas en perspectiva, revelan un patrón en franco declive tanto para la provincia de Ourense como para el conjunto de Galicia.
CADA VEZ MENOS DENSO
Ourense contabiliza 326.724 personas dentro de su superficie, mientras que Galicia posee 2.765.940. En el caso concreto de la provincia de Ourense, la revisión de las cifras históricas de su población muestran una clara tendencia al estancamiento, y a la pérdida de activos. La curva ascendente que se dibujó hasta 1950, año en que casi se consigue el medio millón de habitantes, cae en picado progresivamente sin que nada pueda detenerla.
El conjunto de Galicia tiene mejor suerte, mostrando un proceso de fluctuación desde los inicios del siglo pasado, con una tendencia al alza que, sin embargo, se revierte en los últimos años, en que la pérdida de habitantes vuelve a instalarse.
Una forma alternativa de ver esta realidad supone abordar los números relativos a la densidad de población, que nos indican el número de habitante por kilómetro cuadrado. La densidad asociada a Ourense crece desde 57,7 habitantes por kilómetro cuadrado en 1900, hasta el pico que supone 1940, en que se obtiene un valor de 68,1. A partir de esta cima, la caída es constante hasta los actuales 44,92 habitantes por cada kilómetro cuadrado.
TODOS EN TORNO LA CIUDAD
Las cifras asociadas a la densidad de población ofrecen un valor relativo y propio de cada entorno, es llamativo no obstante, los valores actuales que distintos enclaves de la provincia de Ourense exhiben. La ciudad se encuentra, por motivos evidentes, más densamente poblada: sus mas de 100 mil habitantes suponen una ratio de 1262 habitantes por kilómetro cuadrado. Tras este valor inicial, dos datos contrastan significativamente: la alta densidad de Barbadás, un municipio en constante crecimiento, con un valor de densidad de 338, frente a la menguante cifra relativa al municipio de Chandrexa de Queixa, con apenas un 3,26, fiel reflejo del actual proceso de despoblación que sufre la provincia.
SIN VECINOS
Cada día se vuelve mas cotidiano atravesar poblaciones enteras surcadas por una vía principal sin ver tan siquiera a un solo habitante en ellas. Casos como el de la aldea de O Vao, en el municipio de Cortegada, cuya gestión se cede sin precio de intercambio con la condición de establecer en ella un determinado tipo de proyecto urbanístico y social, llaman poderosamente la atención; es la evidencia de hasta que punto la dimensión de un problema que nos atenaza se ha materializado ante nosotros.
De los 92 municipios de la provincia de Ourense, casi la mitad, un total de 44 poseen en sus términos al menos una entidad despoblada. El número de localidades vacías asciende a 134. Ostentando el dudoso privilegio de liderar esta clasificación Castro Caldelas, con 14 pueblos deshabitados, seguido por Gomesende con 8. No obstante, la situación no se detiene ahí: en otras 87 entidades poblacionales vive tan solo un habitante; esto es, pueblos donde apenas vive una persona, siendo las mujeres mayoría: 47 del total.
SE VENDE PROVINCIA, A CACHOS
Tras la oferta inicial por la aldea de O Vao, en portales electrónicos de venta de inmuebles es posible informarse, previo asombro para el no iniciado, de la venta de grupos de viviendas con diversas facilidades. Así, en la comarca de Trives, con fines turísticos y recreacionales, se ofrece un poblado entero -edificado con motivo de la construcción de un aprovechamiento hidrográfico en el río Bibei- con fincas, capilla, e incluso su propio cine, todo por menos de 300 mil euros. En plena Ribeira Sacra, un conjunto de tres casas a rehabilitar puede ser adquirido por poco mas de 60 mil euros. Un último ejemplo: muy cerca de Oseira, en pleno Camino de Santiago, un conjunto de construcciones de piedra a restaurar puede comprarse por apenas 30 mil euros.
Para poder resumir con números actualizados estas dramáticas cifras demográficas, basta decir que la provincia de Ourense perdió el último año un total de 3.533 personas, lo que supone una variación interanual del -1,07%. La ciudad asistió casi inmutable a este fenómeno menguante: cuenta con apenas 55 personas menos, una variación del -0,05%. Supone un primer trazo a considerar a la hora de comenzar el análisis de esta realidad: donde se pierde población es mas allá de los limites de la capitalidad.
Hacia este horizonte deberían de dirigirse las miradas: tan solo 11 de los 92 concellos ganaron población el año pasado, siendo Barbadás al que mas personas acudieron, un total de 164, para un crecimiento en el municipio de un 1,63%. No obstante, el mayor incremento en términos porcentuales lo encontramos en la sorprendente evolución de Vilariño de Conso: un 4,43%. ¿La razón de ello? En las hemerotecas se da buena fe: el decidido empeño colectivo de sus vecinos por mantener la escuela que el declive poblacional amenazaba.