La historia se repitió. Una mujer de 78 años y su hijo, en los cincuenta y muchos, acabaron ayer ingresados en una unidad psiquiátrica después de que una veintena de agentes del Grupo Rural de Seguridad entrasen en su casa por la fuerza y los llevasen ante la jueza de Trives.
Madre e hijo sufren importantes problemas mentales para los que reciben medicación. Pero hay épocas en las que dejan de tomarla y entonces comienzan las amenazas e insultos a los vecinos y a todo aquel que pasa por la puerta de su vivienda, situada en Carballal, en una zona a apenas un kilómetro de la capital municipal. Al final llegan las denuncias y la jueza pide su comparecencia para un análisis forense. Ellos no se presentan y los van a buscar los agentes del grupo especial procedente de Pontevedra. Ya pasó en 2003. Y ayer fue la secuela.
El operativo comenzó a las seis y cuarto de la tarde. Los agentes llamaron a la puerta y gritaron desde el exterior que les abriesen. No hubo respuesta afirmativa, así que tiraron la puerta abajo. Dentro estaban madre e hijo. Primero consiguieron reducir a la mujer, que fue sacada al jardín apenas diez minutos después. Una vez allí, trató de zafarse para volver al interior, sin lograrlo. Dentro seguía su hijo, armado con un cuchillo, un machete y un martillo. Comenzó un forcejeo, en el que Jesús hirió en un brazo a uno de los agentes, que precisó recibir dos puntos de sutura. Después lo redujeron a él también.
Tras ser llevados ante el forense, este aconsejó el ingreso psiquiátrico, que la jueza firmó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario