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domingo, 1 de abril de 2012

Acércate a A Pobra de Trives (Ourense)

Dominada por las cumbres de Manzaneda, en la alta montaña orensana, se encuentra A Pobra de Trives (Orense), pueblo que fue un destacado centro de reunión de la nobleza gallega durante el siglo XIX. Los restos arqueológicos hallados en su territorio constatan su temprana ocupación, de ahí que sean abundantes las manifestaciones de la cultura castreña y también los vestigios romanos, como los puentes del Bibei y Cabalar.

Pero además de su rico patrimonio histórico y su extraordinario entorno natural, ésta es una villa con una intensa actividad comercial y un notable desarrollo turístico, que llegó de la mano del segmento rural y, sobre todo, por la instalación, en su término municipal, de la estación invernal de Cabeza de Manzaneda. Rodeada por un bosque de 2.000 hectáreas, es la única de Galicia en la que se pueden practicar deportes de nieve, como el esquí, pero también el fútbol, el tenis, la hípica, el senderismo, el montañismo, la escalada o el tiro con arco, entre otras disciplinas.

Al ser el lugar que eligieron diversas familias nobles para asentarse, el núcleo urbano de A Pobra de Trives (Orense) guarda algunas construcciones que dan testimonio de este hecho, como la Casa Grande de Trives, construida en el siglo XVII, con capilla, un patio y una torre con campanario; o la Casa de los Marqueses, con su escudo de armas en la fachada principal y unos jardines que albergan restos romanos, como miliarios de la Vía Nova y varias inscripciones en bases de piedra. También en el casco antiguo se emplaza la Iglesia Parroquial, cuyo interior custodia el Cristo da Misericordia, traído desde Tierra Santa en 1774. En su recorrido por el pueblo, el viajero tampoco debe perderse el Museo da Infancia e da Escola, situado en una antigua escuela.

En las proximidades de la ciudad, el visitante podrá contemplar dos meritorios puentes romanos de la Vía Nova: el de Bibei, datado en el siglo II, y el Cabalar. El primero, con 75 metros de largo y más de 22 metros de altura, todavía soporta el tráfico rodado; mientras que el segundo, con un solo arco, fue muy reformado durante la Edad Media. Otras joyas arquitectónicas del entorno son, entre otras tantas, la iglesia de San Sebastián de Piñeiro que, según diversas teorías, fue construida sobre un antiguo hospital de peregrinos; o la iglesia de San Salvador de Sobrado, un templo románico de principios del XII junto al cual quedan todavía en pie restos del monasterio de las monjas benedictinas que lo habitaron hasta comienzos del XVI.

En cuanto a su oferta gastronómica, en la cocina local no pueden faltar las carnes curadas y los embutidos, junto con algunas especialidades reposteras, como la bica de manteca. En honor a este delicioso bizcocho, el último domingo de julio se organiza una fiesta que consiste en una comida campestre y, el día previo, tiene lugar el Encontro Nacional de Gaitas, con un afamado concurso de gaiteiros. 

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