La vía XVIII del Itinerario de Antonino, (Via Nova según
la epigrafía) entre Bracara Augusta (Braga) y Asturica
Augusta (Astorga), atravesaba la actual provincia de Ourense siguiendo
una diagonal S.O. - N.E., desde el paso fronterizo de Portela do Home
hasta la Sierra da Enciña da Lastra, buscando en Bergidum Flavium
(Cacabelos o sus inmediaciones) la conexión con las más antiguas rutas
XIX y XX para dirigirse a Astorga.
DEL ALTO DE CERDEIRA AL RIO NAVEA
Al comenzar la bajada del Alto de Cerdeira, la traza de la Via
Nova va alejándose progresivamente a la derecha de la carretera, sin
restos claros, hasta la altura del lugar de Aciveiro, por debajo y cerca
del cual pasa para adentrarse con dirección S.O. unos 300 metros más que
la curva de la carretera, girando luego bruscamente hacia el N.E. para
ir ya siempre por debajo de ésta hasta la Ponte Navea.
En las inmediaciones del viejo mesón de Cerdeira, paraje de Chao do
Cego (en donde aún puede intuirse un tenue vestigio de explanación),
se produce la milla CV desde Braga, representada por un miliario aquí
encontrado, creemos que en su lugar original, y muy útil por tanto para
el encaje de la medición de la calzada.
Unos 200 metros más adelante del codo citado vuelven a encontrarse vestigios
muy claros del camino romano, primero como ondulación del terreno entre
los prados, luego como verdadero camino de carro que conserva nítidamente
los rebajes en roca del desmonte.
Seguidamente, la vía atraviesa el sitio denominado Os Fontaos,
en donde aparecieron enterrados dos miliarios y aún se discierne, entre
los prados, el rellano o impronta de la antigua explanación. Es este lugar,
en el que se produce la milla CVI, (que es la que probablemente tenía
el perdido fragmento del miliario conservado en la Delegación Provincial
del MOPU)conjuntamente con el nombrado de Chao do Cego, de
sumo interés para el cálculo y comprobación de las distancias.
En el pueblo de Cerdeira, encontramos también hace años un miliario,
reutilizado en las paredes de la Casa do Curro, y muy recientemente,
en este mismo lugar, otro más.
En este tramo en descenso, desde antes de Os Fontaos hasta la
unión con el camino real mucho más adelante, la plataforma u ondulación
de la antigua caja de la vía se define clarísimamente en varios tramos
sobre actuales prados, bajando con una descansada y uniforme pendiente
media del 4,5%.
Unos 200 metros después de As Guístolas el camino real, coincidente ahora
con la vía, se va ensanchando hasta alcanzar unos 6 metros, y unos 300
metros antes del puente del Navea hubo necesidad de cortar un saliente
rocoso que dificultaba el paso, hasta unos 12 metros de altura.
Unos 50 metros antes de llegar a la Ponte Navea, sobre el río del mismo
nombre, el actual camino se encaja en la roca, estrechándose y cambiando
de rasante, para alcanzar la del puente. Sin embargo, por diversos indicios
consideramos que la vía continuaría descendiendo para acceder al puente
a una cota algo más baja. Así pues, el puente romano debió de tener una
altura menor que el actual, aunque fue, sin duda, una obra de magnífico
porte, según dan testimonio todavía los restos que conserva de aquella
época.
Se ha venido sosteniendo fundadamente que el río Navea era, en este tramo,
la frontera histórica entre los Conventos jurídicos romanos Bracarense
y Asturicense. Se constata, en cualquier caso, la escasez de miliarios
que de aquí en adelante se han encontrado, tal vez debido a la distinta
política seguida dentro de cada Convento en lo que se refiere a elaboración
y reposición de estas piezas. Un caso conocido, similar al nuestro, lo
tenemos en la llamada "Vía de la Plata", antes y después de Salamanca.
A la salida del puente se encuentra una capilla, restaurada en 1992,
y que conservaba un ara romana ilegible. Del propio puente, o de sus inmediaciones,
proceden: un trozo de miliario dedicado a Tito y Domiciano y con la indicación
VIA NOVA AB ASTURICA, y la lápida funeraria epigráfica de Aelio
Sporo, que en el pasado siglo fueron llevados a lo que es hoy pazo
del Marquesado de Trives.
A partir de este punto los miliarios contaban sus millas desde Astorga.
Sin embargo, por razones de cálculo, seguiremos arrastrando la medición
con origen en Braga, tal como lo hace el Itinerario. Evidentemente, y
como comprobación, no dejaremos de realizar también nuestras mediciones
hasta y desde Astorga, final del recorrido de esta ruta.
Se comprende que no tiene por que darse la reducción de una milla justamente
en el puente Navea, a pesar de ser, según hemos indicado, probable límite
conventual. Así, la milla más cercana que nosotros traemos de Braga, la
CVIII, se produce a unos 420 metros una vez pasado dicho puente. Sabemos
que el antes citado miliario contaba ya desde Astorga y sería probablemente
el último de este convento, pero para confirmar la milla grabada (que,
según nuestros cálculos y el propio Itinerario, sería probablemente la
CVII a Asturica) precisaríamos saber cómo se realizó la medición
para grabar las millas en los hitos viarios. No sabemos a ciencia cierta
si sería continua la medición desde Braga, tal como hace el Itinerario,
o si, por el contrario, al tomar simultáneamente ambos orígenes de medición,
se produciría en la Ponte Navea una fracción de milla.
De cualquier forma, lo que para nosotros resulta incuestionable, si partimos
de la veracidad del Itinerario y de su identidad con la Via
Nova, es un hecho ya consignado por Barros Sibelo y Sanjurjo
[12]: la coincidencia muy aproximada del paso del Navea con el punto
medio de la línea entre Braga y Astorga. En efecto, este puente se sitúa
entre las millas CVII y CVIII, y la distancia total entre ambas capitales,
de acuerdo con el Itinerario (edición de Cuntz) es de 215 millas. Esta
interesante circunstancia nos obliga a dar también la razón a ambos investigadores,
cuando afirmaban que los miliarios contaban a Braga o Astorga según su
menor distancia a estas capitales, siendo por tanto la mitad de la línea,
aproximadamente coincidente con el límite conventual, el punto en el que
el cambio se producía. También cabe preguntarse si el establecimiento
del límite conventual estuvo influenciado por la coincidencia del punto
medio del trazado con esta importante barrera geográfica que es el Navea.
DEL RIO NAVEA A TRIVES
La vía romana y el camino real todavía atraviesan juntos por delante
de las casas del lugar de Ponte Navea, acompañando al río unos metros
por su margen derecha, para separarse enseguida. El camino real realiza
una penosa y, para nuestra vía, prohibitiva subida hacia la subestación
eléctrica, con pendientes del 11 al 20%. Como en otras ocasiones, esta
traza ha venido siendo presentada por la casi totalidad de los estudiosos
como la de la vía XVIII.
Sin embargo, la propia dificultad de este forzadísimo camino nos obligaba
a buscar otra alternativa para la ascensión hasta el Alto de Trives, punto
de paso de la divisoria Navea-Bibei; una traza más racional y mejor planteada
para las características de esta ruta romana, tal como hasta ahora habíamos
venido encontrando en otros puntos. Así, rodeando el espolón de Pena Folenche
y siguiendo por un trecho el encajado valle del Navea, como hace la carretera
actual, pero a superior cota, nos encontramos con la indudable y verdadera
traza adoptada por los ingenieros romanos, visible todavía hoy en varios
tramos, entre ellos uno aprovechado por una reciente pista.
A poco de iniciar la subida, en la vaguada de O Piago, y a cota superior
a la de la vía, hemos reconocido ruinas de edificaciones [13] que ocupan un amplio espacio. Nos preguntamos si no
serían estos restos los que, a través de algún informador local, llevaron
a Saavedra a ubicar en Ponte Navea la mansión Nemetobriga [14].
Antes de llegar al alto anterior a Trives (cota 800), la vía se mete
más profundamente que la carretera en dos vaguadas, primero en la del
pequeño regato do Merlo, y luego en la del arroyo Ribón, en cuyas proximidades
se produce nuestra milla CX, y alcanza el alto cerca de las denominadas
Penas de Rome, antes de llegar a la altura del lugar de Sas de
Xunqueira.
Para reconstruir el trazado de la vía en el paso por A Pobra de Trives,
necesitamos conocer el punto de cruce del río Fiscaíño. En la margen derecha
de este río, rodeando al pie de las casas de A Pobra, y pasando a unos
25 m. al pie del cementerio, existe una prolongada meseta o escalón que
sirve de camino y límite de propiedades, y conduce un canal de riego siguiendo
casi la curva de nivel.
Creemos que por su posición y características corresponde en una buena
parte a la propia explanación de la vía, y ello nos permite restituir
el punto en que cruzaba el Fiscaíño, en el que no hay puente, y ajustar
hacia atrás la bajada desde el Alto de Trives, rodeando por Trives Vello.
Este pueblo de Sta. María de Trives, Trives Vello, o, simplemente, Trives,
como acostumbran a decir las gentes de la zona (en oposición a A Pobra),
ha sido siempre, juntamente con Mendoia, una de la dos opciones dadas
por todos los estudiosos de esta vía romana para situar la mansión Nemetobriga.
Con su entorno, es lugar extraordinariamente rico en hallazgos arqueológicos
de época romana que prueban la existencia en este lugar de una importante
población antigua. Consideramos que la vía pasaba casi al pie de la iglesia
parroquial, dejando atrás un residuo en forma de abandonado camino, y
bajando desde aquí al Fiscaíño por un bancal actual, límite de fincas.
DE TRIVES AL RIO BIBEI
Continúa la vía hacia el Este rodeando A Pobra, coincidiendo ahora con
el camino y acequia de Quintás, y bajando a continuación con suave
pendiente. Creemos detectar como indicio de su paso leves restos de explanación
y una fuente muy enterrada y de tradición antigua, en la actual carretera
de A Pobra a Piñeiro. A continuación la pendiente se incrementa muy levemente,
para pasar justamente por el lugar de Pousada, que se encuentra fuera
del camino y carretera actuales, pero justamente sobre la traza que la
topografía exige a la vía.
Deja a la izquierda primero el castro de Castrelo y luego la parroquial
de Piñeiro, en cuyas inmediaciones los restos romanos son abundantes.
Sigue el trazado adaptándose perfectamente a la vaguada siguiente, por
encima de las casas de O Mato, y viéndose todavía la impronta del desmonte
entre los prados, para pasar al pie de la Casa Grande de A Corga, donde
hace un rodeo para ganar desarrollo en su bajada al río Cabalar, antes
de cuyo río y puente se incorpora otra vez el camino real. En el descenso
no se supera el 5% de pendiente.
A partir este puente, reconstruido en 1835, sale la vía coincidiendo
con el camino real, y a los pocos metros cruzan la C-536 para continuar,
en plano horizontal, por la ladera de la margen derecha con dirección
a Mendoia
y salvando los regatos das Eiras y do Carril. En una
curva aún se ven las cunetas, abiertas en roca, del camino romano.
El camino real cambia bruscamente de rasante para subir a Mendoia, pero
la vía continuaba bajando en suave pendiente, en una traza perdida pero
aún reconocible a trozos como ondulación del terreno. Justamente en donde
vía y camino real se separan, se nos reduce la milla CXIV desde Braga,
y da comienzo la larguísima y perfecta bajada a la Ponte Bibei. Desde
aquí hasta cerca del puente irá siempre nuestra vía por terrenos de ladera
que hoy están en su práctica totalidad dedicados a viñedo en multitud
de bancales.
Hemos dejado a la izquierda la plataforma de A Modorra, o Medorra,
avanzado promontorio que mira hacia la confluencia del Cabalar y el Bibei,
y en el que aparecen restos abundantes de época romana. Restos similares
se ven en el Cabezo do Pol, situado más adelante, y en el amplio
espacio comprendido entre ambos puntos.
Pasado este trecho, alcanza la vía el collado que separa la ladera de
la estratégica plataforma de O Pol.
Es este collado un punto obligado de paso, que condiciona algo la rasante
de la vía, porque a partir de aquí ésta incrementa algo más la pendiente,
que mantendrá constante hasta el Ponte Bibei. Desde la lejanía se distingue
perfectamente este punto como comienzo de la continuada y uniforme faja
descendente en que se manifiesta el trazado, en repetidas vueltas hasta
dicho río. Es aquí, también, en donde la vía vuelve a cruzar al camino
real (conocido por toda esta zona como Camiño de Santiago),
que baja desde Mendoia con diferente trazado y gran pendiente.
Continúa la vía, cruzando el regato do Caneiro y llevando una
orientación general hacia el S.E.
hasta que hace el primero de los grandes codos de la bajada al Bibei
un poco antes de la vaguada del llamado Regueiro da Marrá.
Retrocede, seguidamente, en dirección Norte y continúa hasta cruzar
la C-536 en donde ésta sufrió una variante, a la altura del antiguo Km.
81,6, punto a partir del cual la vía fue absorbida en unos 100 metros
por la carretera.
Precisamente a la altura del centro de esta curva abandonada por la carretera
actual, y al pie de su gran muro de sostenimiento, se observa una doble
plataforma que es donde la Via Nova hacía el segundo de
los grandes codos de la bajada, girando otra vez bruscamente, para ir
hacia el Sur, justamente en la margen del regato Reguenga, al pie del
pontón de la carretera actual, evitando así el tener que cruzar dos veces
dicho regato. La vía romana descendía a partir de aquí cercana al pie
del muro de la carretera, a su izquierda, por donde se observa un ancho
bancal.
.
Y así, como 1.200 metros más delante de este segundo codo, utiliza otra
apropiada plataforma que le permite un giro de radio aceptable, para dar
el tercero y último de los grandes codos de la bajada al Bibei. Esto se
produce unos 150 metros antes de donde lo hace también la carretera con
una cerrada curva en horquilla, a la altura del kilómetro 82.
Desde aquí nuestra vía irá, nuevamente en dirección Norte, pegada a la
C-536, algo elevada al principio (unos 3 a 5 metros) con respecto a ésta
y por su margen izquierda, en donde se perciben a veces bancales consecutivos
dispuestos longitudinalmente y más anchos que los demás, y disminuyendo
progresivamente su diferencia de cota respecto de la carretera. Se puede
decir que desde un kilómetro antes de llegar a la Ponte Bibei, su traza
prácticamente se confunde con la propia C-536, pero con los consabidos
entrantes y salientes más acusados, habiendo bajado sin mayor esfuerzo
a la cota 316 que es la que tiene el puente.
En toda esta bajada al Bibei, el antiguo paso de la vía es denunciado
casi siempre por el rellano o bancal de viñedo más ancho, que es aprovechado
para la ubicación de las torres eléctricas de alta tensión, o bien por
ser en donde se encuentran por lo general las bodegas y lagares, que utilizan
el talud del desmonte de la vía para adosar a él sus muros. La pendiente
se atiene en toda la bajada desde O Pol a una muy confortable (incluso
para nuestras modernas carreteras) rasante uniforme del 5%.
Desde hace ya bastantes años venía siendo evidente para nosotros la imposibilidad
de aceptar el trazado que tradicionalmente se ha venido adjudicando a
la vía romana en la bajada a la Ponte Bibei, es decir, el del Camiño
de Santiago o Costa de Mendoia, cuya pendiente media supera
el 16%, penosísima para los transportes de rodadura. Una traza así no
tenía explicación en una ruta romana como ésta, y no encaja en absoluto
con las características reconocibles en otros tramos de esta misma vía.
No tenía sentido construir un camino con esta pendiente, y con un ancho
que apenas alcanza los 3 metros, para seguidamente edificar un puente
tan majestuoso e imponente como el del Bibei, con sus 28 metros de altura
total, y, sobre todo, con sus casi 7 metros de amplitud entre paramentos.
Creemos que no merece la pena insistir más sobre esta cuestión y si,
solamente, desechar de forma definitiva ese penoso trazado de supuesto
"camino romano de montaña" que se le había acuñado aquí a la bien ejecutada
nueva vía de Braga a Astorga.
DEL BIBEI AL ALTO DA ERMIDA VELLA. LOS CODOS DE LAROUCO
En el tramo que viene a continuación atraviesa la vía el verdadero paraje
conocido por Cóbados, o Codos, de Larouco, tan mentado
por cronistas y viajeros de otros tiempos
[15] por lo bello y abrupto del paisaje, así como por la espectacular
obra que la ingeniería viaria romana aquí llevó a cabo.
Para ello la traza remonta el curso del Bibei por su margen derecha durante
unos 1.100 metros y en dirección S.E, adaptándose perfectamente al terreno
gracias a un acusado desmonte, y cruzando los regatos da Cruz y Bimbayo.
Tuerce luego a la izquierda para comenzar el denominado "Codo Grande",
yendo en dirección Norte a salvar la vaguada de la Fonte do
Piar (nombre tal vez debido a dos "pilares" de piedra, posibles miliarios,
que aquí existieron) un poco por encima del pontón de la C-536, y en donde
sin duda hubo una mediana obra de fábrica romana.
Pueden verse en este lugar, una decena de metros aguas arriba del pontón
de la carretera, los estribos de otra obra anterior, hechos en mampostería
de pizarra, y que seguramente no corresponden a la primitiva, sino a la
que en 1867 (según se dice en la memoria del proyecto de la carretera)
se habilitó de forma provisional mientras se reconstruía dicho pontón,
hecho pocos años antes.
Es de notar que, en la citada memoria, se afirma que la carretera se
trazó aprovechando la explanación romana, al menos desde Larouco al río
Bibei, y ello puede comprobarse en los planos del proyecto, tanto en la
planta como en los perfiles transversales [16]. Los restos de la explanación y de la cuneta antiguas,
perfectamente excavados en la roca esquistosa que forma la ladera, se
ven claramente todavía hoy en varios puntos de este tramo, notándose,
tal como indicó Sanjurjo [17], que la vía se ajustaba mejor al terreno que la posterior
carretera, gracias a sus mínimas limitaciones en cuanto a radios, haciendo
entrantes y salientes más acusados, como dijimos anteriormente. Estos
interesantes vestigios se localizan a la altura de los kilómetros 78,1
y 76,7, y ya pasado el Codo Grande, en los Km. 75 (en donde la vía iba
como 1,5 metros más alta que la carretera), 74,3 (regato do Porto),
y 73,6.
Coinciden, por lo general, con los entrantes o vaguadas, siendo de apreciar,
además de la cuneta, el bien trabajado talud en roca, realizado a golpe
de pico.
Tenemos la sospecha de que el miliario dedicado a Tito y Domiciano (milla
XCIV desde Astorga), que se conserva al lado de la Ponte Bibei, puede
proceder en realidad de la milla CXXI a Braga (94 + 121 = 215 millas del
Itinerario) desde la cual pudo haber sido trasladado hasta un lugar próximo
al puente. De hecho sabemos, por Barros Sibelo, que varios miliarios fueron
destruidos en esta zona cuando se construyó la carretera, y hasta se nos
figura que el color y pátina de su granito, diferente de los que presenta
el fragmento de la columna honorífica de Trajano, sita también cerca de
la Ponte Bibei, que es similar a la de la fábrica del puente, nos están
indicando una procedencia distinta para una y otra piezas, pese a encontrarse
hoy juntas.
Retrocede, pues, la vía hacia el S.E. para salir de la angosta y profunda
vaguada del Codo Grande, y siempre coincidiendo con la carretera, llega
al Alto da Ermida Vella, adoptando ya su franca orientación general hacia
el N.E. para no dejarla hasta llegar al río Sil.
En la subida desde el puente del Bibei la vía adopta diferentes rasantes,
incluida una inicial con rampa del 8%, que consideramos atípica, por excesiva,
en comparación con las del resto de su recorrido. Podría pensarse que
se trata de una rectificación del trazado, forzado, tal vez, por un presunto
cambio de ubicación del propio puente.
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