«A veces se consigue lo mismo durante una comida con gente del pueblo que patrullando durante toda una tarde». La frase la pronuncia el teniente Rama, jefe de la célula de seguimiento en Ourense de las brigadas del Ejército que desde el pasado 15 de julio están desplegadas por la provincia para colaborar en la lucha contra los incendios forestales. Y con ella resume bien el objetivo de su trabajo: recorrer los montes de los municipios ourensanos para disuadir a los incendiarios y, además, integrarse entre la sociedad civil para estar lo más informado posible de cualquier riesgo.
El despliegue, que comenzó el 15 de julio y permanecerá activo hasta el 15 de septiembre, tiene una de sus tres bases en Baltar. Allí están 4 patrullas, a las que se suman otras tantas en Trives y cuatro más en A Gudiña. En total, se vigila una veintena de ayuntamientos.
En turnos que se prolongan durante 24 horas, los militares de la Brilat (Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable), recorren en todoterrenos las zonas más inaccesibles. Ante cualquier presencia sospechosa, toman datos, graban imágenes e incluso, si se trata de un incendiario en acción, pueden retenerlo. En caso de ver algún incendio, su misión es avisar de inmediato a los servicios de extinción. «Este año hemos avistado ya bastantes conatos y algún incendio, todos los días hay alguno», asegura el teniente Rama, que destaca que Ourense, por su mayor riesgo de incendios, es la provincia a la que se destina el mayor número de efectivos.
Cada día recorren una media de 250 kilómetros y, de cara al inicio del mes de agosto, saben que los riesgos se multiplican. «La población civil sospecha que va a aumentar el número de incendios, es lógico pensar que debemos estar alerta».
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