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viernes, 11 de octubre de 2013

Los ganaderos reclaman una solución a los ataques de lobos

El aumento de los ataques del lobo preocupa a los ganaderos del Macizo Central. Cada vez siente menos miedo del hombre y sus asaltos se producen más cerca de las granjas. Lo comprobó Julio Álvarez Vázquez, presidente de la explotación del monte comunal de Cova (Trives), el pasado martes, cuando llevó las 79 reses que cuida al recinto montado para el saneamiento del ganado. 'Ao chegar, había tres lobos a 100 metros das vacas. Marcharon cando nos viron', explica. Esta semana tuvo suerte, pero no siempre fue así. Lo atestiguan los tres terneros muertos en las últimas semanas. 

'Pola noite, viñan ata a nave', comenta María Dolores Pérez Fernández. A esta ganadera de Chandrexa, propietaria de 415 ovejas, los lobos llegaron a matarle tres ovejas en una noche. A su vez, Gerardo Caneiro Núñez, dueño de una explotación de 80 cabezas de vacuno en Chandrexa, perdía cuatro terneros en los últimos meses. 'A un deles o mataron hai unha semana. Cada vez hai máis lobos. Que nos den unha solución!', reclama. Olga Pérez Fernández posee 90 vacas en Pena Petada (Trives), descontados los dos terneros que le mató el lobo, una especie que goza de medidas de protección por la directiva europea 92/43/CEE. Ayer, la ganadera trivesa mostraba su intranquilidad por el peligro real que es el lobo para sus reses.

Los complicados requisitos establecidos por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras para pedir las compensaciones por muerte de reses debido a ataque de lobos, llevan a los ganaderos a descartar su solicitud. Un ejemplo: no se pueden mover los restos de la res muerta en el monte hasta la llegada de los técnicos, que pueden tardar más de un día. 'Non podemos estar 48 horas vixiando os restos! Xa deixamos de pedir a axuda', se queja María Dolores Pérez. Ante estas dificultades, muchos productores cubren seguros privados contra los ataques de animales asilvestrados o salvajes. Sin embargo, tampoco este método garantiza una mínima indemnización por el animal muerto. 'Para cobrar o seguro hai que atopar aos animais e as chapas identificativas, e quen os atopa', apunta Gerardo Caneiro. 'Vainos comer a nós o lobo', añade. 'Entre o lobo, o xabarín e a sequía, todo son problemas', sentencia María Dolores Pérez.

“Os ataques superan os límites normais'

La multiplicación de los ataques del lobo también preocupa en la asociación agraria Xóvenes Agricultores. El coordinador de la comarca de Trives, Pedro Rodríguez Parente, consideró que el número de ataques es excesivo para los ganaderos. 'Hai unha porcentaxe que poden asumir os gandeiros, pero xa sobrepasa os límites normais. Hai moitos ataques', dijo.

Pedro Rodríguez resaltó el coste que cada animal muerto supone para los ganaderos, y no sólo económico, aunque también este capítulo es importante, pues el precio de venta de un ternero puede aproximarse a los 900 euros.
La muerte de una res echa por tierra la labor que un ganadero realizó durante semanas para alimentarla, comentó el portavoz trivés de Xóvenes Agricultores.

También se refirió a las complicaciones existentes a la hora de acceder a las ayudas de la Xunta o al cobro de los seguros cubiertos por los ganaderos. En todos los casos, estos deben mostrar los restos del animal muerto, si no, pierden cualquier derecho.

En el caso de las ayudas, después de la visita de los técnicos de Medio Ambiente, los propietarios de las reses deben realizar unos trámites que muchas veces no llega a cubrir la cantidad recibida. 'O gasto é máis grande que as axudas paupérrimas', dijo Pedro Rodríguez.  

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