El letrado que representa a Manuel Mouriño Faria, 29 años, remitió ayer la Juzgado de Trives el escrito provisional de defensa, afrontando así el último requisito antes del inicio del juicio con jurado popular encaminado a sentenciar la muerte de la joven vianesa Montserrat Martínez (21 años) en abril de 2001.
Contrariamente a lo que sostienen las acusaciones (plantean el asesinato u homicidio), la defensa califica los hechos de homicidio imprudente, ya que sostiene que el fatal desenlace -la muerte de la chica- fue fruto de un faltal accidente: el empujón para impidió que le practicara un chupón en el cuello y que provocó que, tras perder el equilibrio, se golpeara la cabeza con el bordillo de una mesa de piedra.
No obstante, la defensa reclama la mínima pena prevista para le homicidio imprudente -un año de prisión- en tanto que considera que su responsabilidad penal está atenuada. Para ello, a lo largo de la vista oral, hará valer las alteraciones psíquicas que, según dice, padece el inculpado fruto de una desgraciada infancia y que se traducen en una pérdida de control de impulsos. La defensa presentará un informe neuropsiquiátrico que determina que Mouriño tiene afectada su capacidad volitiva (la voluntad) de forma leve-moderada a raíz de los malos tratos que le infrigió su padre -también a su madre a la que golpeaba casi a diario, incluso con una martillo- y sus hermanos-, su periplo por centros de menores desde los cinco años y otros episodios que evidencian la desestructuación familiar (alcoholismo del padre, adicción a las drogas de su hermana mayor...). A juicio del letrado, todo ello conlleva que 'Mouriño Faria esté afecto de una madurez afectiva grave y episodios de pérdida de control de impulsos: trastorno explosivo intermitente secundario a abandono y maltratos familiares'.
Fuente: La Region
Contrariamente a lo que sostienen las acusaciones (plantean el asesinato u homicidio), la defensa califica los hechos de homicidio imprudente, ya que sostiene que el fatal desenlace -la muerte de la chica- fue fruto de un faltal accidente: el empujón para impidió que le practicara un chupón en el cuello y que provocó que, tras perder el equilibrio, se golpeara la cabeza con el bordillo de una mesa de piedra.
No obstante, la defensa reclama la mínima pena prevista para le homicidio imprudente -un año de prisión- en tanto que considera que su responsabilidad penal está atenuada. Para ello, a lo largo de la vista oral, hará valer las alteraciones psíquicas que, según dice, padece el inculpado fruto de una desgraciada infancia y que se traducen en una pérdida de control de impulsos. La defensa presentará un informe neuropsiquiátrico que determina que Mouriño tiene afectada su capacidad volitiva (la voluntad) de forma leve-moderada a raíz de los malos tratos que le infrigió su padre -también a su madre a la que golpeaba casi a diario, incluso con una martillo- y sus hermanos-, su periplo por centros de menores desde los cinco años y otros episodios que evidencian la desestructuación familiar (alcoholismo del padre, adicción a las drogas de su hermana mayor...). A juicio del letrado, todo ello conlleva que 'Mouriño Faria esté afecto de una madurez afectiva grave y episodios de pérdida de control de impulsos: trastorno explosivo intermitente secundario a abandono y maltratos familiares'.
Fuente: La Region
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