El programa Preescolar na Casa celebró ayer la
primera de las tres fiestas de fin de curso que tiene programadas en la
provincia de Ourense, en este caso con las más de ochenta familias que
participan de sus actividades en las comarcas de Valdeorras, Viana,
Trives y Terra de Caldelas. Y aunque la fiesta llenó las calles de Petín
de niños riendo, la sensación para padres y profesores era más bien
agridulce ya que los recortes en Educación parece que se van a llevar
por delante este programa educativo pensado para el entorno rural.
La fundación que lo gestiona ya ha entrado en
concurso de acreedores y según datos extraoficiales que ayer manejaban
las monitoras, todo apunta a que este será su último año. Sara Alonso,
una de las profesoras, destacaba la labor que realizan para socializar a
niños que pueden pasar semanas sin ver a otros de su edad: «Levamos a
cabo unha forte labor pedagóxica cos nenos, pero tamén cos pais, ós que
formamos e motivamos para que interactúen con outras familias. No meu
caso atendo a nenos da zona de montaña e aí ves o importante que é
facilitarlles a socialización».
Entre el personal de este servicio hay
psicólogos, profesores y pedagogos. Solo en la provincia de Ourense
atendieron este año a más de quinientos niños menores de tres años. El
alcalde de Petín, donde ayer se celebraron los juegos que cierran el
curso, criticaba el doble discurso de la Xunta: «Por unha banda fártanse
a falar de que hai que defender o rural e promocionalo e por outra
quítannos cada vez máis servizos».
Juegos educativos
La mejor muestra de que esa socialización es
importante tanto para niños como para padres, fue el campo de juegos en
el que ayer se convirtieron las calles de Petín con más de cien niños
disfrutando con las actividades en las que les enseñaban
psicomotricidad, la importancia de la naturaleza y expresión artística. O
sea, que pintaron con colores, plantaron una tomatera y se lo pasaron
en grande lanzándose por la tirolina que la Guardia Civil de montaña
había colocado entre un árbol y un corredor. Esta fiesta, y tal vez la
etapa de Preescolar na Casa en el oriente ourensano, se cerró con música
de los Cuchufellos mientras alguna vecina recordaba cuando oír a niños
jugando por el pueblo no era una excepción.
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