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martes, 26 de marzo de 2013

El canguro saltó 18.000 kilómetros

Ha sido el jugador revelación de los últimos años en el rugbi español, pertenece al Vigo RC, es un fijo en la selección española de seven y una inoportuna fractura nasal lo ha apartado del partido del sábado en San Lázaro (a las seis de la tarde) ante Portugal.
Carlos Blanco (Sídney, Australia, 1985) es un centro eléctrico, que un buen día, después de haber sido subcampeón del Mundo júnior en el año 2005 con la selección de Australia (bicampeona mundial absoluta) dio un salto de 18.000 kilómetros para aterrizar en A Pobra de Trives.
El wallaby (especie de marsupial de la familia de los canguros que sirve de apodo a los rugbiers internacionales australianos) buscaba en Ourense los orígenes de su familia. «Lo que yo no sabía era que había un equipo en Vigo, así que les envié un correo electrónico, por si querían ficharme», recuerda. Por supuesto, no cupo la menor duda.
El año 2010 entraba en la recta final, pero para Blanco era la de aceleración. Nueve semanas después de su gran salto vital, ya era internacional español. Vigo es el único equipo en la máxima categoría del rugbi nacional.
Atrás quedan aquellos inicios en Nueva Zelanda, por cuestiones laborales de su familia, o su etapa en el Waratahs, aunque las comparaciones son inevitables. «Yo empecé a jugar con cuatro años y mis compañeros españoles empezaron en edad adulta. Para los australianos, el rugbi es parte de su formación y de su ADN, pero en España he encontrado la misma pasión al practicarlo que donde yo he nacido. Pakito Usero es un ejemplo de ello», asegura, mientras aprecia una evolución en el trabajo con la cantera en Galicia.
«No sé por qué somos buenos»
Carlos Blanco se sorprendía en sus inicios del nivel del rugbi español, lejano al de los Wallabies. Sin embargo, ahora destaca el rendimiento de las selecciones españolas de seven y de las femeninas. «La verdad es que no sé por qué somos tan buenos, pero lo somos. Quizás en el seven hay más posibilidad de dar la sorpresa. Y quizás también la escasa estatura de los españoles es una debilidad para el XV, pero no importa tanto en el rugbi a siete», analiza.
El centro del Vigo RC podría disponer de ofertas para trasladar su rugbi a Francia o Inglaterra, con campeonatos mucho más profesionalizados. «Pero es que yo vine a Galicia para estar con mi familia», repite una y otra vez.

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