El farmacéutico de Celeiros (Chandrexa de Queixa), Juan Luis Lamas Rey, continuaba ayer trabajando en el negocio que regenta pese a haber sido detenido como presunto autor de un delito continuado de estafa, ya que quedó en libertad con cargos tras ser llevado al cuartel trivés de la Guardia Civil.
La denuncia de un vecino, que alertó de la presencia de medicamentos en un contenedor de basura, dio origen a la operación 'Insulina', que comenzó en febrero. La investigación corrió por cuenta de los agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil, que localizó varias medicinas, en perfecto estado y sin haber caducado.
El seguimiento iniciado permitió a los agentes observar cómo el titular de la farmacia de Celeiros arrojaba cajas de medicamentos a un contenedor, siempre según las mismas fuentes consultadas. Inmediatamente, la Guardia Civil puso los hechos en conocimiento del Servizo Galego de Saúde (Sergas) y, después de comprobar la facturación de la farmacia, sus medicamentos y la trazabilidad de los mismos, la investigación determinó la posible existencia de un delito continuado de estafa.
Los investigadores dedujeron que el farmacéutico revisaba los números de la Seguridad Social de sus clientes y comprobaba los medicamentos que les había recetado el médico, la margen de que el paciente los solicitase o no. Tras preparar paquetes con ellos, les retiraba los precintos, los enviaba al Colegio de Farmacéuticos y los facturaba. Si, después de un tiempo los pacientes no acudían a retirarlos a la farmacia, los arrojaba al contenedor de la basura. Sus acciones le garantizaban los pagos del Sergas por todas las medicinas prescritas.
El farmacéutico negó rotundamente haber cometido cualquier estafa. Lamas Rey se mostró parco en palabras pues, según dijo, aún está a la espera de poder declarar. 'Me llevaron al cuartelillo de Trives pero no me tomaron declaración', explicó, y aseguró sentirse desbordado. 'Estoy perdido', añadió y, antes de asegurar haber recibido el apoyo de los vecinos, resaltó la buena relación que mantiene con ellos. 'Nadie me denunció nunca porque no le llegase su medicación', dijo.
El seguimiento iniciado permitió a los agentes observar cómo el titular de la farmacia de Celeiros arrojaba cajas de medicamentos a un contenedor, siempre según las mismas fuentes consultadas. Inmediatamente, la Guardia Civil puso los hechos en conocimiento del Servizo Galego de Saúde (Sergas) y, después de comprobar la facturación de la farmacia, sus medicamentos y la trazabilidad de los mismos, la investigación determinó la posible existencia de un delito continuado de estafa.
Los investigadores dedujeron que el farmacéutico revisaba los números de la Seguridad Social de sus clientes y comprobaba los medicamentos que les había recetado el médico, la margen de que el paciente los solicitase o no. Tras preparar paquetes con ellos, les retiraba los precintos, los enviaba al Colegio de Farmacéuticos y los facturaba. Si, después de un tiempo los pacientes no acudían a retirarlos a la farmacia, los arrojaba al contenedor de la basura. Sus acciones le garantizaban los pagos del Sergas por todas las medicinas prescritas.
El farmacéutico negó rotundamente haber cometido cualquier estafa. Lamas Rey se mostró parco en palabras pues, según dijo, aún está a la espera de poder declarar. 'Me llevaron al cuartelillo de Trives pero no me tomaron declaración', explicó, y aseguró sentirse desbordado. 'Estoy perdido', añadió y, antes de asegurar haber recibido el apoyo de los vecinos, resaltó la buena relación que mantiene con ellos. 'Nadie me denunció nunca porque no le llegase su medicación', dijo.
La detención sorprendió al presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ourense, Vicente Álvarez, quien mostró su preocupación. 'Nunca nos pasó. Es la primera vez y esperamos que no vuelva a pasar', dijo, exhibiendo su inquietud por el futuro de la única farmacia de Chandrexa.
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