El objetivo era informar de la gestión llevada a
cabo desde su acceso al poder tras las elecciones del año pasado. Y de
eso habló el alcalde de Trives, Francisco Fernández, en la asamblea de
anoche. De eso y sobre todo de eso, pero no únicamente. La secretaria
municipal se convirtió en protagonista, por, según el regidor, haber
estado torpedeando esa acción de gobierno. Considera que es preciso que
los vecinos «sexan coñecedores da situación, que saiban as condicións
nas que traballamos, e as extralimitacións que se toma esta señora,
desautorizando e dando contraordes ao que eu lle digo aos
traballadores».
Fernández nunca ha ocultado su falta de sintonía
(personal y profesional) con Milagros Calvo, con la que ya protagonizó
airados desencuentros en su anterior etapa como alcalde ?hasta que en
2008 perdió el bastón de mando tras una moción de censura presentada por
el PP y el PSOE?. Y aunque asegura que tras recuperar la alcaldía
habían consensuado un dejar hacer del uno hacia el otro, los hechos se
precipitaron en las últimas semanas hasta el punto de dar por hecho que
ha sido «desenterrada» el hacha de guerra. Dice que la funcionaria
«chegou a dicirlle a un traballador que non me enviara por correo
electrónico a información que eu lle pedira, que a fora ver ao seu
despacho se quería». La acusa, además, de poner trabas al trabajo diario
«ao demorar informes» incluso, añade, para obras menores de
particulares. «Non pode ser que unha persoa pida unha licenza en xullo, o
informe técnico estea unha semana despois e o dela non se consiga ata
outubro; será que non fai o seu traballo, que é o que lle pedimos. Se
quere facer política, que a faga, pero fóra do concello», señala. La
acusa de «manipulación e terxiversación, buscando o seu beneficio e o
dos seus achegados».
Es una afirmación que desde el grupo
independiente ya se había mantenido el 18 de junio de 2008, día en que
se presentó la moción de censura en su contra. En aquel momento
Fernández dijo que Calvo había sido la alcaldesa en la sombra: «Volverá a
gobernar a secretaria, que é quen gobernou sempre». Era el final de
unos desencuentros que se habían vuelto insostenibles meses antes,
cuando Calvo recibió una carta llena de insultos que ella misma hizo
pública, dando a entender entonces que los miembros de ATI eran los
autores. A cambio, los independientes presentaron una denuncia contra
ella por injurias, que la jueza de Trives archivó. Ahora han vuelto a
judicializar la vida en el consistorio. Hace unos meses Calvo presentó
una querella contra el edil Domingo Diéguez por injurias y calumnias
después de que este aludiera en un pleno a las contrataciones del marido
y la hija de la secretaria en entidades afines.
Milagros Calvo descartó contestar a lo dicho por
el alcalde: «Eu son unha funcionaria pública que cumpro co meu traballo.
Non teño nada que dicir, absolutamente nada que dicir».
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