El Juzgado de lo Penal número uno de Ourense sentó ayer en el banquillo de los acusados a Mihai T., de 41 años, para quien el fiscal reclamó una pena total de 13 años de cárcel por vejar, amenazar y maltratar a su esposa reiteradamente desde el año 2008.
La mayor parte de los hechos que le imputa la acusación pública al procesado ocurrieron desde que este -oriundo de Rumanía- y su mujer, M.A.T., ambos casados desde hace más de 16 años, se mudaron a España, a un domicilio de la calle Ferradal de A Pobra de Trives, en el que convivían con el hijo que tienen en común. Sería en esta vivienda en donde Mihai T., en prisión provisional en la actualidad por esta causa, habría agredido en múltiples ocasiones a su mujer.El primero de los episodios violentos que le imputa el fiscal sucedió en agosto de 2008, cuando el acusado le propinó repetidos golpes en la cara alegando que 'se había cortado el pelo sin su permiso y que estaba fea', según alega el representante del ministerio público en su escrito de acusación.
Mihai T. no cesó en su actitud hostil hacia M.A.T. En enero de 2009, cuando la pareja y su hijo pretendían dirigirse a unas fiestas populares de Castro Caldelas, el acusado -siempre según el fiscal- abofeteó sin motivo alguno a su mujer, insultándola y ocasionándole un desgarro en una oreja tras agarrarla por un pendiente.
La víctima, después de sufrir estas agresiones, decidió abandonar el dormitorio conyugal, instalándose en el de su hijo, circunstancia por la que el 16 de marzo de 2011 el encausado la golpeó por la espalda al tiempo que le decía que si seguía en la habitación de su hijo la mataría. Estas amenazas motivaron que M.A.T., ante el miedo que sentía, se instalase en el sofá del salón. Asimismo, durante este mes el acusado le reprochó a su esposa que se quitase la alianza de matrimonio, llegando a intimidarla de muerte si no la llevaba puesta, motivo por el que llegaría a arrastrarla por el suelo.
El ministerio público aprecia que estos episodios violentos son constitutivos de cuatro delitos de maltrato y cuatro de amenazas. Por último, considera que Mihai T. agredió a la víctima antes y después de llegar a España, que le restringía el dinero, le controlaba los horarios y su vestimenta y le impedía trabajar o buscar trabajo.
Fuente: La Region
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