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viernes, 9 de julio de 2010

Un operativo especial vigilará Verín y Trives al ser las comarcas con mayor riesgo de incendios

Con la llegada del verano, los montes de la provincia de Ourense se convierten en zonas especialmente sensibles, debido a los incendios forestales, que en años anteriores arrasaron grandes extensiones de arbolado. De ahí que, por parte de la Xunta de Galicia se pusiera en marcha un plan que lleva consigo que todos los distritos forestales y los efectivos con que cuentan se encuentren en alerta, sobre todo después de la ola de calor que se está viviendo.

En ese diseño, dos de las zonas de la provincia están consideradas de "máximo riesgo" de incendios, como son las comarcas de Verín-Monterrei y la de Trives, en las que se encuentra un operativo especial, formado por efectivos del Ejercito español. Se trata de un destacamento destinado a labores de vigilancia de los montes de ambas comarcas. "Es un operativo disuasorio", explicó el delegado territorial de la Xunta de Galicia, Rogelio Martínez.

Es una actuación importante, sobre todo después de comprobar que en los últimos años la colaboración del Ejercito diese sus frutos, como subrayó Martínez, que además señaló que en la zona occidental de la provincia, como es el caso de Melón y Avión, existe "un operativo que proviene de la provincia de Pontevedra, en concreto de Covelo y A Cañiza", que cubre cualquier incidencia que se pueda producir en materia de incendios.

Zonas sin población

Uno de los problemas, relacionados con la extinción, que pueden surgir en algunas zonas de la provincia es en aquellas donde se produjo un importante descenso poblacional, con lo que las antiguas brigadas formadas por vecinos desaparecen. A este respecto, el delegado territorial de la Xunta restó importancia, debido a que en los últimos años, "aunque contamos con la colaboración vecinal, es mínima".

Ahora, las brigadas que acuden al monte "son profesionales", y tienen el material necesario para hacer frente al fuego, contando con diferentes tipo de vehículos de extinción, y los helicópteros e hidroaviones.

Lo que es indudable, es que cuanta menos gente quede en las aldeas y pueblos de la provincia, supone contar con menos personas que realicen las tareas de limpieza de sus fincas y montes, y que cuide un poco el entorno, independientemente de las inversiones que las administraciones puedan hacer en los montes.

Para Martínez, eso "no agrava, en estos momentos, que pueda haber más o menos fuegos", y alude a la importante influencia que tiene la meteorología, sobre todoscuando "estamos teniendo una ola de calor".

Una de las cuestiones que tiene claras Rogelio Martínez es que "si al incendio se llega en la primera media hora de haberse producido, se puede controlar", con lo que se reduce a un "simple conato". Pero de no llegar en ese período de tiempo, recalcó que " todo es mucho más difícil".
Y se a eso se le añade que hubo un invierno y una primavera con bastantes lluvias y luego llega este calor, "con lo que nos encontramos con una vegetación muy importante, y por mucha limpieza que se haga, al poco tiempo vuelve a salir", indicó.

Es por eso que además de todos los mecanismos que están en marcha, contando con los medios humanos y materiales destinados a la prevención y extinción de incendio, el delegado territorial de la Xunta señala que "lo único que hace falta es que no haya pirómanos; que la gente no le plante fuego a los monte".

Sobre esta cuestión, y con el aval que le suponen los datos con que cuenta, Rogelio Martínez aseguró que más del noventa por ciento de los incendios forestales que se produjeron en la provincia de Ourense "fueron intencionados". De ahí la relevancia que tiene la vigilancia y el control.

Fuente: Faro de Vigo

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