La Xunta ha reclamado a los Concellos de Manzaneda y A Pobra de Trives, así como a Novacaixagalicia, que aporten fondos para mantener abierta la estación de esquí de Cabeza de Manzaneda. Así lo trasladaron los representantes del gobierno autonómico (encabezados por la secretaria xeral de Turismo, Carmen Pardo) en el último consejo de administración de Meisa, la empresa que gestiona la estación (tanto los remontes como los servicios de hostelería).
En el caso de los concellos ourensanos (los dos con participación ya que la estación está en terrenos de ambos municipios), el 7,2% de las acciones que poseen en Meisa supone que deberían contribuir con 17.000 euros cada uno. Es la parte proporcional de los 240.000 euros de déficit con los que la estación cerró el 2010. En el caso de NCG, el montante asciende a unos 81.000 euros. El resto del dinero lo asume la administración autonómica, ya que es el mayor accionista, al posee el 51% del total. Aún así, la práctica habitual en los últimos años era que la Xunta inyectaba, en solitario, todo el dinero preciso para que la estación de esquí cuadrase sus cuentas.
Hasta este año. El hecho de que los 240.000 euros sea la mejor cifra de las dos últimas décadas -según destacó el gerente, David Ferrer, en la presentación pública de los resultados-; no es suficiente para que la Xunta consienta seguir siendo la que afronte el déficit total. Y amenaza con que de esta forma se pone en peligro la continuidad de la estación de esquí, según trasladan los regidores de Trives y Manzaneda, presentes en el consejo de administración.
La situación empeora este año
Mientras no se conoce el resultado final de la situación, los regidores alertan de que la situación es grave, sobre todo si se piensa en la situación de cara al próximo año. Y es que la pasada temporada (el nuevo cómputo sumará desde enero) apenas hubo nieve, con lo que las pérdidas serán mayores. Eso supondrá la necesidad de que cada accionista desembolse una cantidad más grande de dinero para hacer frente al déficit acumulado, lo que choca con la pobre situación económica que atraviesan ambos municipios. Y todo en el marco del plan de ajustes impulsado por la Xunta, lo que ha levantado las alarmas en la zona.
Solo un buen comienzo de temporada (la que empezará en noviembre) podría ayudar a paliar, en parte, los malos resultados que se prevén.
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