Durante tres años fue el cabeza visible de la estación de esquí de Cabeza de Manzaneda, hasta que en 2010 fue cesado y sustituido por David Ferrer. Así que Luis Manuel Gurriarán sabe mucho de los números que rodean a Meisa, y no escatima palabras al recordar que antes de su llegada «se perdían entre 700 y 800.000 euros al año y nadie se echaba las manos a la cabeza».
-Mucho más dinero que los 240.000 euros de déficit acumulado en 2010 y que, en cambio, ahora ponen en mala situación la estación.
-Es una cifra menor, sí, pero no entiendo qué ha pasado. Cuando a mí me cesaron, en agosto de 2010, tenía previsto cerrar el año ganando 95.000 euros. ¡Y perdieron 240.000! No sé lo que hicieron, con los gastos, con los negocios pendientes...
-Lo cierto es que no nevó.
-No nevó, y tampoco operaron congresos, como el año anterior sí hicimos. Ni tampoco se dieron los cursos de inglés. Pero eso se hace con gestión.
-Ahora se está redactando un plan de viabilidad, que usted ya hizo. ¿Se lo encargaron también?
-Lo hice por motu propio, porque entendía que era parte de mi trabajo. Y decía que Manzaneda es viable, pero haciendo una inversión de cinco millones de euros. Es rentable con una inversión, y con una buena gestión, la que ahora no tiene.
-¿A quién presentó aquel documento?
-Primero al bipartito, que era el que estaba en la Xunta; y después al nuevo gobierno.
-¿Y qué respuesta tuvo?
-La callada por respuesta.
-¿Cómo ve la actual situación de Meisa?
-Veo que pueden perder su puesto los que trabajan ahí, que son ciento y pico en temporada alta. Eso de manera directa, porque indirectos Manzaneda crea alrededor de 500 más. Y eso me entristece mucho. Lo que pasa es que hay cosas que no tienen sentido, y muchos políticos hacen cosas sin pensar en los ciudadanos; a mí me contrataron como técnico y después me cesaron para que entrase un político, que no funcionó. Y así pasamos de tener algo casi rentable a algo al borde del cierre.
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