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sábado, 14 de abril de 2012

El autor del crimen de Viana pide menor pena

La defensa de Manuel Mouriño Faria, autor confeso, nueve años después del crimen, de la muerte de Montserrat Martínez, la joven de Viana do Bolo que fue hallada muerte varios días después de desaparecer la noche del 14 de abril de 2001, alegó homicidio imprudente para pedir una rebaja de la pena, durante la vista de apelación celebrada en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Así, reclamó una condena de dos a cuatro años frente a los 11 que se le impusieron por homicidio. 

En su exposición, el abogado volvió a incidir en los malos tratos que sufrió su cliente durante su infancia y le retrató como un joven con una 'inmadurez grave' cuando se produjo el crimen, además de recordar que pasó entre los 15 y los 18 años por distintos centros de acogida de la Xunta.

La vista se celebró después de que un jurado popular considerase a Manuel Mouriño culpable de un delito de homicidio por unos hechos que el procesado confesó años después de la muerte de la víctima ante la presión de la Guardia Civil, que reactivó el caso cuando tuvo conocimiento que su entonces compañera sentimental lo había denunciado por malos tratos.

El jurado rechazó la tesis de asesinado planteada por la acusación particular al considerar que no existían elementos de alevosía en los hechos. Tras el veredicto, la Audiencia de Ourense le condenó a 11 años de cárcel por homicidio, además de la obligación de indemnizar con 120.000 euros a los padres de la víctima y con 12.000 a la hermana y la prohibición de acercarse a Viana do Bolo.

En su fallo, la Audiencia consideró probado que Manuel Mouriño salió del pub Gothan de Viana con la víctima, en la madrugada del 14 de abril de 2001, y que desde allí se dirigió con ella al parque Cabo da Vila, donde, 'sin motivos y con ánimo de matarla', la golpeó provocando que cayese al suelo y se hiriese en la cabeza contra un banco de piedra, sangrando abundantemente. Además, señala que, en lugar de socorrerla, el procesado le arrojó al vacío por una barandilla próxima para después arrastrarla hacia una zona con vegetación, lo que dificultaba su visibilidad.

En la vista de apelación, su abogado adujo que hubo 'un grave error' en el objeto del veredicto y también en los planteamientos de la fiscalía y ha admitido la existencia de 'un empujón' por parte del procesado a la víctima cuando, según su relato de los hechos, esta última le intentó dar un beso.

Asimismo, atribuyó al golpe que se dio la víctima al caer los traumatismos que presentaba. 'Fue un acto imprudente debido a un fatal accidente en el que no hubo ánimo de matar', sentenció. 

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