Detenido en Ibiza años después del suceso, en el mes del pasado año, Manuel ha confesado su intervención en la muerte de la chica, aunque ofrece una versión con la que trata de exculparse, al sugerir que fue un accidente y que la joven fallecido al caer de espaldas cuando él la rechazaba.
Acusación particular y fiscal
Por la gravedad del suceso y las peticiones de pena a las que se enfrenta, Manuel permanece en prisión desde hace más de un año y se enfrenta a una solicitud de condena de hasta veinte años de privación de libertad, según, según la propuesta de la acusación particular, que, en representación de la familia de la víctima, califica de asesinato la actuación del ahora imputado y desde el primer momento sospechoso para la Guardia Civil.
El fiscal, por su parte, considera que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio y solicita quince años de cárcel para el arrestado.
El abogado defensor, finalmente, rebaja la calificación penal a homicidio imprudente, por lo que la pena no pasaría de un año de prisión, que ya ha cumplido desde su encarcelamiento con carácter preventivo tras haber confesado su intervención. La defensa considera que la muerte fue consecuencia de un accidente y que no existía por parte del acusado la voluntad de matar que sí aprecian las acusaciones pública y privada.
Amenazas en Ibiza
La detención de Manuel Mouriño, que se consumó en la primavera del 2010, es fruto de un episodio de malos tratos en el que aparecía como víctima una joven de Ibiza, isla donde el acusado vivió los últimos años. En el curso de una disputa, Manuel diría a su ex pareja que «igual que maté a una mato a otra».
La Guardia Civil, advertida del contenido de esa amenaza, reactivó la investigación, lo arrestó y el implicado acabó confesando su intervención en los hechos.
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