Valdeorras seguirá siendo un área sanitaria con una gerencia propia. Así lo refleja el decreto publicado ayer por la Consellería de Sanidade, en la que se especifica que «co mantemento do mapa sanitario vixente coas áreas de Ourense e O Barco, establécese a organización da xestión no marco das políticas de redución e simplificación das estructuras administrativas». Así, en la capital valdeorresa habrá un gerente ejecutivo que gestionará todos los servicios sanitarios: atención primaria, especializada y sociosanitaria, que se unifican. Afectará a los Concellos de O Barco, O Bolo, Carballeda, Larouco, Manzaneda, Petín, Trives, A Rúa, Rubiá, A Veiga, Vilamartín y Viana do Bolo, los mismos que integraban el área sanitaria hasta el momento.
En el caso de Verín (que no es área sanitaria como tal) también tendrá un gerente ejecutivo, que se encargará de la misma función en lo que respecta a Castrelo de Val, Cualedro, A Gudiña, Laza, A Mezquita, Monterrei, Oímbra, Riós, Verín, Vilardevós y Vilariño de Conso.
Mantener el área de Valdeorras se hace dentro de una nueva estructura de gestión integrada a nivel provincial, que estará formado por un gerente de gestión integrada de Ourense y los dos ejecutivos, además de tres direcciones (de procesos asistenciales, de recursos económicos y de recursos humanos).
Una importante protesta
Que Valdeorras siguiese siendo un área sanitaria independiente era el reclamo que la sociedad hizo palpable durante meses de protestas que culminaron con la gran manifestación celebrada en O Barco en junio del año pasado. Miles de personas de toda la comarca reclamaron entonces a la Xunta que se mantuviese el actual mapa sanitario en la provincia.
El PSOE denunció lo que considera un «desmantelamento de servizos» en el centro de salud de Verín, después de que desde hace meses no funcionen los servicios de radiología (por una avería del equipo) y radiología dental (por falta de personal). El diputado Juan C. Francisco Rivera considera que la Xunta está usando la comarca de Monterrei «como cobaia das súas políticas de desmantelamento da sanidade pública»; ejemplificado, dice, por la supresión de las guardias de enfermería en A Mezquita y A Gudiña, denunciadas por un sindicato.
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