La cuna ciclista de Euskadi, el regreso de Manzaneda y Angliru y la merecida, para los corredores más completos, larga contrarreloj de Salamanca son los puntos fuertes de esta Vuelta a España 2011. La preuba arranca este sábado y esto es lo que nos depara.
33 años sin pasar por una de las zonas con mayor tradición ciclista de Europa es demasiado tiempo. La Vuelta España regresa al País Vasco, donde veremos dos etapas difíciles de controlar, a la víspera del paseo final por Madrid.
Pero las dos jornadas de Euskadi serán al final y esperemos que sea el broche de oro a una gran 66ª edición de la Vuelta España. Por recorrido, posiblemente, sea el mejor campo de batalla de los últimos años.
Comienza este sábado en Benidorm con una contrarreloj por equipos de 13,5 kilómetros (en un primer momento se dijeron que serían 16). Las diferencias aquí serán mínimas. Y más contando con una Vuelta en la que habrá bonificaciones en meta para los tres primeros en las etapas en línea (20", 12" y 8").
En la cuarta etapa llega el primer final en alto de los seis que ha diseñado la carrera. Sierra Nevada amenaza con abrir las primeras diferencias importantes en el pelotón. Al menos, con filtrar la clasificación general y situar a los hombres que lucharán por el podio de Madrid en las primeras posiciones.
La jornada de Sierra Nevada será de 170 kilómetros y tendrá los entrantes de Filabres (1ª categoría) y Blancares (3ª cat.). El puerto granadino de Sierra Nevada es ya un clásico de la carrera. Largo y tendido. Un ascenso de 23 kilómetros con un desnivel de 1.322 metros. Un 5,74 % de desnivel medio que hará sufrir y descompondrá en trocitos al pelotón.
Después de ver algún que otro sprint de nuevo, las llegadas a Talavera o El Escorial nos garantizan una lucha de los mejores por la victoria de etapa y la importante bonificación. No son etapas para sacar minutadas pero si para dar un golpecito moral al que no vaya fino.
La Covatilla (1ª cat.), en la octava etapa, es el segundo gran final en alto. Un puerto duro, de 18 kilómetros al 5,9 % de desnivel pero que el recorrido casi unipuerto de la etapa lo dejará en una batalla vistosa y raramente decisiva.
Comienzan las hostilidades
En Salamanca los contrarrelojistas darán un buen hachazo. 47 kilómetros (y no los 40 iniciales que se anunciaron en enero) para que los Wiggins, Nibali o Menchov metan más de tres minutos a Antón, Purito y demás escaladores. No sería de extrañar una mayor cosecha. La crono de Salamanca hace justicia a un recorrido tan propicio para escaladores. Avivará la lucha por la victoria.
Y tras la crono Manzaneda. Una estación de montaña inédita en la Vuelta. Fumaces (3ª cat.), Gonza (2ª cat.) y Ermida (3ª cat.) hacen de liebres para el final en alto gallego. Con rampas del 17 %, este puerto hará las delicias de los aficionados más veteranos que vieron al estadounidense Hampsten ganar aquí en la Volta a Galicia de 1993. Antes de que el invento Pro Tour acabara con el romanticismo de la época.
Sólo dos etapas más tarde, en la 14ª, llega otro final en alto. La Farrapona. Otro alto inédito en la Vuelta que podría decidir la ronda. Se trata del puerto asfaltado más alto de Asturias (1.708 metros) con 18,7 kilómetros al 5,76 % de desnivel medio. Un día más tarde llega el Mortirolo español.
Sí, volveremos a ver el Angliru. Con Tenebredo (2ª cat.) y Cordal (1ª cat.) delante pero con un escaso y comprensible recorrido de 142 kilómetros. Angliru no necesita presentación. Basta con decir que veremos a los ciclistas retorcerse, ir de cuenta a cuneta, en la Cuña de las Cabres y su 23,5 % de desnivel. Su desnivel medio es de entorno al 10%. Ahí es nada.
Peña Cabarga, Bilbao y Vitoria ponen el visto bueno al campeón de esta Vuelta, que por entonces ya debería tener hecho los deberes que le suben al podio de Madrid. Allí, la capital de España coronará al último mejor vueltómano del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario