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miércoles, 19 de mayo de 2010

Red Eléctrica prevé la autopista eléctrica entre Galicia y Asturias para 2013 tras dos años de demora

A los directivos de Red Eléctrica de España (REE), la empresa que se encarga del transporte de la electricidad, no les cuesta reconocer que el proyecto de la nueva línea que unirá Galicia con el resto del eje cantábrico se he encontrado con "muchas dificultades". Una infraestructura clave para todo el sistema español, para seguir incidiendo en el refuerzo que necesita y garantizar así la calidad del suministro a hogares y empresas, y especialmente importante para la comunidad porque permitirá la evacuación de la creciente generación eólica, con la vista puesta en el nuevo macroconcurso abierto por la Xunta para instalar 2.325 megavatios (MW) y recuperar el liderazgo en el negocio del viento. El tramo entre Boimente y Pesoz, el enganche de Galicia a la autopista energética del norte, lleva casi dos años esperando por el informe de impacto medioambiental del Gobierno central. La documentación entró en julio de 2008. Es el primer trámite administrativo. Y todavía queda una segunda fase, con la declaración de utilidad pública y el proyecto de ejecución, para empezar las obras. La previsión de REE es que los trabajos concluyan a finales de 2013. Pero la fecha dependerá de que todos los permisos que faltan, empezando por el visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente, lleguen en los próximos doce meses.

Los retrasos en las autorizaciones, y la oposición política, vecinal y de los grupos ecologistas, se está convirtiendo en un problema cada vez más preocupante para poder mejorar el tendido eléctrico. Aquí, y en toda España. Son procesos, como señala Carlos Collantes, director general de Transporte de la compañía, "largos y complejos". Son varios trámites de información pública que además se enfrentan a legislaciones diferentes. Hasta el punto de obligar a REE a ir ayuntamiento por ayuntamiento, como pasó en el caso concreto de Boimente–Pesoz, para explicar a fondo las características y recoger sugerencias de las zonas implicadas antes incluso de someter el trazo a las alegaciones legales. "Lo único que podemos hacer es echar mano de la buena voluntad y el diálogo", señala Collantes.

Esa toma de contacto, de mano de un documento inicial que no es obligatorio pero que REE propone para evitar conflictos futuros, se prolonga entre seis y quince meses. "Lo que debería llevar realmente dos", explica. Con el proyecto de ejecución, los plazos se pueden mover entre los tres y un año completo; las autorizaciones van de los ocho a los dos años, como ocurre con la autopista eléctrica entre Galicia y Asturias. "Las obras al final son relativamente fáciles", añade. Entre un año y dos.

La encargada del sistema eléctrico español confía en ir reduciendo la tramitación, con el apoyo de las comunidades y de los ayuntamientos. Un centenar de corporaciones locales firmaron un convenio de colaboración con REE ya para ayudar a salvar estos escollos y contribuir al refuerzo de las líneas eléctricas. Nueve Ejecutivos regionales también. Galicia no está entre ellos, pese al compromiso que dio el anterior Gobierno, con el BNG al frente de la Consellería de Industria. De momento, tras el cambio de riendas en San Caetano, el pacto está a la espera pese al interés que la Xunta tiene, como ha insistido en más de una ocasión, en adelantar obras y fechas para garantizar el desarrollo del concurso eólico. Aunque Collantes considera "lógica" la presión de las autonomías, no disimula que todas deberían plasmar sus demandas en un acuerdo de colaboración.

¿Cómo están el resto de los proyectos relevantes para el sector eléctrico gallego? Ninguno de ellos, como ya adelantó FARO, tendrá que pasar por el tijeretazo que el Ministerio de Industria tiene entre manos para equilibrar el crecimiento de la red a la caída de la demanda de electricidad por la crisis y también por el recorte de fondos ante la difícil situación de las cuentas públicas. Junto con Boimente-Pesoz están el tramo Trives-Aparecida, que conecta Galicia con la Meseta con un nuevo tendido con el doble de capacidad, pensando tanto en el aumento de la potencia eólica instalada, como en la llegada del tren de alta velocidad, y la nueva interconexión con Francia. En el primer caso, ya en obras, la línea se pondrá en marcha el próximo año. El enlace internacional, tras un replanteamiento, echará a andar próximamente y estará lista en 2014.

En total, la inversión prevista para este año es de 41 millones de euros. Red Eléctrica destinó a Galicia en 2009 otros 34, y la intención es acabar el periodo 2010–2014 con casi 220 millones. Para toda la planificación, entre 2008 y 2010, el acumulado alcanza los 490 millones.

Pero el sistema eléctrico gallego no es un cajón aislado del resto de la Península. Ni siquiera del resto de Europa. Por eso es casi tan importante para dar entrada a los nuevos aerogeneradores que mejoren las líneas que tenemos al lado, como el ambicioso proyecto de interconexión con Francia. Un plan que acumula años de retrasos, que se ha visto también envuelto en problemas políticos –fue necesaria la asistencia de la Corte de Arbitraje de la Comisión Europea–, y que ahora echa a andar para doblar la cantidad de electricidad que ahora puede entrar y salir de España. En estos momentos, el margen que REE tiene para exportar o importar es de sólo un 3% del consumo máximo. Para hacernos una idea de lo que supone, basta el ejemplo de Dinamarca, con una capacidad de hasta el 60%, sobre todo con Alemania y Suecia.

Fuente: Faro de Vigo

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