La escasez de hierba provocada por la sequía pone en serios apuros a las explotaciones ganaderas. Los ganaderos de comarcas como Trives o Caldelas se ven obligados a echar mano del forraje que habían almacenado para dar de comer al ganado durante el invierno, arriesgándose a no tener con qué alimentarlo en los próximos meses. Existe otra opción, aumentar la compra de rollos de hierba seca o de silo de maíz, una alternativa que encarece considerablemente los costes de la granja. El problema se agrava con el agotamiento de los manantiales en los que abrevaban unas reses que ahora beben gracias a las cisternas.
Benilde González y Pérez y su marido Ramón Yáñez López poseen una granja de 41 vacas en Castrelo (San Xoán de Río) y acaban de pagar 7.000 euros por un camión de maíz, en un gasto que no tenían previsto. 'Para beber utilizo cubas, pois os manantiais secaron. Hai un río pequeño e nós imos arranxando, pero se seca non teremos onde coller o auga'.
'Estamos perdendo moito diñeiro. Temos que comprar máis comida da prevista', lamentó Manuel Carballo Álvarez. Es propietario de una explotación de 400 cabezas de vacuno en Montederramo. Explicó que, con condiciones meteorológicas normales, en las granjas apenas tienen gastos en los meses de octubre y noviembre, pues las reses se alimentan en los prados. Este año, la sequía aumentó sus costes obligándole a usar tres cisternas para dar de beber al ganado y a utilizar un alimento que no preveía usar a estas alturas del año.
Cuando el alimento almacenado se agota, los ganaderos deben comprar forraje o silo de maíz. Esta necesidad llevó a algunos productores de hierba seca a guardarla, confiando en que los precios aumenten. Un rollo de hierba seca por el que se pagaban unos 20 euros antes del verano ya cuesta 30, según dijo Manuel Carballo. Para complicar aún más su situación, los precios de la carne llevan años sin apenas variar, pagándose el kilo canal a 4,50 euros.
Estos problemas llevaron a Pedro Rodríguez Parente, responsable trivés de la asociación agraria Xóvenes Agricultores, a pedir la ayuda del Gobierno central. Planteó 'a exoneración das cotas á Seguridade Social de seis meses ou a reducción dos módulos do IRPF'. También propone la concesión de subvenciones o créditos blandos.
Fuente: La Region
Benilde González y Pérez y su marido Ramón Yáñez López poseen una granja de 41 vacas en Castrelo (San Xoán de Río) y acaban de pagar 7.000 euros por un camión de maíz, en un gasto que no tenían previsto. 'Para beber utilizo cubas, pois os manantiais secaron. Hai un río pequeño e nós imos arranxando, pero se seca non teremos onde coller o auga'.
'Estamos perdendo moito diñeiro. Temos que comprar máis comida da prevista', lamentó Manuel Carballo Álvarez. Es propietario de una explotación de 400 cabezas de vacuno en Montederramo. Explicó que, con condiciones meteorológicas normales, en las granjas apenas tienen gastos en los meses de octubre y noviembre, pues las reses se alimentan en los prados. Este año, la sequía aumentó sus costes obligándole a usar tres cisternas para dar de beber al ganado y a utilizar un alimento que no preveía usar a estas alturas del año.
Cuando el alimento almacenado se agota, los ganaderos deben comprar forraje o silo de maíz. Esta necesidad llevó a algunos productores de hierba seca a guardarla, confiando en que los precios aumenten. Un rollo de hierba seca por el que se pagaban unos 20 euros antes del verano ya cuesta 30, según dijo Manuel Carballo. Para complicar aún más su situación, los precios de la carne llevan años sin apenas variar, pagándose el kilo canal a 4,50 euros.
Estos problemas llevaron a Pedro Rodríguez Parente, responsable trivés de la asociación agraria Xóvenes Agricultores, a pedir la ayuda del Gobierno central. Planteó 'a exoneración das cotas á Seguridade Social de seis meses ou a reducción dos módulos do IRPF'. También propone la concesión de subvenciones o créditos blandos.
Fuente: La Region
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