Tras los incendios registrados en las últimas semanas en el Macizo Central Ourensano, en los términos municipales de Trives y Manzaneda, llegó la hora de los afectados para hacer reclamaciones y pedir responsabilidades.
Siguiendo la llamada de una plataforma vecinal constituida tras los incendios, unos trescientos vecinos se congregaron el mediodía del sábado para recordar que 'Sin monte, no hay futuro'. Lo hicieron, según manifestaron, "por voluntad propia y con la intención de defender los intereses de esta comarca".
La portavoz de los manifestantes se subió a un estrado, una vez que los vecinos ocuparon la plaza, y comenzó diciendo: "No nos juntamos para llorar la desgracia, sino para clamar por el futuro, para denunciar el abandono y la lucha en solitario frente al fuego". Tras aclarar el porqué estaban donde estaban, se dirigió al Gobierno gallego para decir que "en vez de asumir la realidad, la niegan y la obvian" y manifestó su indignación por "la intención de la Xunta de hacernos invisibles e ignorantes". Y para ello, prosiguió, "no dudan en manipular la información".
Con dureza, pero sin perder la calma y sin una sola interrupción por parte de los asistentes, lanzó al aire la exigencia de "una evaluación rigurosa de los daños, la reparación de los valores ecológicos y un plan para hacer viable el futuro de la actividad ganadera, además exigimos retribuciones justas y ayudas a los ayuntamientos para la prevención". Los vecinos no entienden, tal y como publicó ELMUNDO.es, que ayuntamientos enclavados en la Red Natura reciban 1.600 euros al año para la prevención de incendios.
La alocución de la joven terminó con una advertencia: "No estamos dispuestos a que se destruya nuestro medio", y recuperó el grito de la rebelión de la sociedad civil gallega 'Lumes Nunca Máis' ['Fuegos Nunca Más']. Tras las palabras surgieron voces espontáneas proferidas por los asistentes para reclamar la dimisión del conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez.
A los vecinos los acompañaron sus alcaldes y distintos representantes de los partidos políticos de la oposición. El regidor de Manzaneda, David Rodríguez, satisfecho con la respuesta ciudadana manifestó que "todavía no recibí ninguna llamada de ningún responsable de la Xunta". Pero, lejos de quejarse, pidió al Gobierno gallego tres cosas concretas para recuperar el monte lo antes posible: indemnizaciones para los ganaderos, regenerar la zona y una reforestación con especies autóctonas. También el alcalde en funciones de Pobra de Trives, Domingo Diéguez, exigió la constitución de una comisión mixta entre Xunta y municipios para "solucionar de inmediato los problemas causados".
Piden la dimisión del conselleiro de Medio Rural
Las declaraciones más políticas las protagonizaron los dirigentes socialistas y nacionalistas. La secretaria de Estado de Igualdad y candidata al Congreso, Laura Seara, advirtió de "una Galicia de tres velocidades" repartida entre la fachada atlántica, el interior y zonas de montaña como Trives "que sufren el abandono más absoluto por parte del Gobierno". Su compañero de partido, el secretario de Organización, Pablo García, destacó que "no es el momento de los temas sarcásticos como Feijóo con la manguera sino de recuperar el medio de vida para tantas personas afectadas por los incendios con medidas inmediatas y concretas.
Desde el BNG, Xosé Manuel Pérez Bouza, candidato también al Congreso no quiso dejar pasar "la indignación ciudadana acumulada por el abandono a su suerte durante el tiempo de la ola de incendios". Destacó que "los únicos que estuvieron siempre detrás fueron los alcaldes" y reclamó de manera inmediata la puesta en marcha de mecanismos para la regeneración del monte.
La maquinaria de la Diputación, 'parada'
Las exigencias de los concentrados y de los dirigentes de la oposición en Galicia coinciden con las proclamas lanzadas desde la Plataforma en Defensa del Monte Gallego. Tras enviar su solidaridad a los vecinos de Trives y Manzaneda se sumaron a sus reivindicaciones para pedir "más medios materiales y técnicos" y para recordar que "durante la crisis de los incendios la maquinaria de la Diputación de Ourense estuvo parada".
Otra de las coincidencias es la necesidad de una revisión de la política forestal de los últimos años. Como dato revelador hicieron público que "las 250.000 autorizaciones para quemas controladas no sirvieron para nada porque precisamente fue en las zonas donde volvió a arder con más intensidad".
Oposición política y ciudadanos agrupados en plataformas garantizaron que la exigencia no decaerá y la movilización será permanente hasta conseguir la rectificación del Gobierno.
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