"El daño medioambiental es severo porque se han quemado zonas de elevado interés pero ahora se espera una cascada. Al producirse tan tarde los incendios, hay muy poco tiempo para que se forme una cubierta vegetal que proteja el suelo. La erosión se llevará la materia orgánica de los suelos, muchos además han perdido el matorral que los recubría y van a ser capaces de almacenar menos agua y la escorrentía agravará esta erosión e incluso la capacidad de los manantiales del próximo verano o la saturación de nutrientes como sucedió este verano en As Conchas". Así describe Serafín González, investigador del CSIC, los pasos que anticipan la próxima urgencia: minimizar los daños ambientales en el suelo y los cauces fluviales, tras la estampa de devastación que imprimió el fuego.
El relativo control en la crisis de incendios deja paso a la alerta amarilla por lluvias y viento. Con hectáreas en rescoldos, el tiempo cambia radicalmente y con él, los nuevos horizontes. Meteogalicia ha decretado el nivel de atención para Ourense, donde podrían alcanzarse hasta 40 litros por metro cuadrado en doce horas –arreciará por la tarde tras semanas de estiaje– y rachas de viento por encima de 80 kilómetros por hora.
En la cara, se aliviará la sequía que ha obligado a restringir el consumo de agua en 13 concellos y a abastecer el líquido elemento con cisternas en otros siete. En lo peor, la intensidad de las lluvias será la prueba del nueve. El posible efecto arrastre de terreno quemado hasta el cauce de los ríos y embalses converge en la opinión de afectados y expertos, que solicitan un plan de análisis del riesgo de erosión y medidas urgentes.
La sucesión de condiciones antagónicas requiere diligencia y en la comarca de Trives y el Macizo Central –que ayer todavía estaba asediado por un nuevo incendio en Chandrexa–, los alcaldes, vecinos y afectados estudian soluciones para minimizar los daños, incluido el arrastre de suelo superficial y cenizas ladera abajo hasta los ríos.
"Es muy importante evaluar de urgencia las zonas quemadas y ver en cuál de ellas, por la intensidad del fuego y las condiciones orográficas que agravarán la erosión –más intensa a mayor pendiente–, hay que intervenir.
El drama es que hay muy poco tiempo para actuar, habrá que seleccionar los lugares de mayor interés ambiental y también hidrológico". En este sentido, un voluntario que colabora en el servicio de Protección Civil en Vilariño de Conso, otro de los concellos del Macizo Central golpeado, hace un diagnóstico anticipado en este sentido de lo que puede suceder. "No me lo quiero imaginar, pero el año pasado y solo por el incendio de Laza, el embalse de As Portas se ennegreció".
Fuente: Faro de Vigo
El relativo control en la crisis de incendios deja paso a la alerta amarilla por lluvias y viento. Con hectáreas en rescoldos, el tiempo cambia radicalmente y con él, los nuevos horizontes. Meteogalicia ha decretado el nivel de atención para Ourense, donde podrían alcanzarse hasta 40 litros por metro cuadrado en doce horas –arreciará por la tarde tras semanas de estiaje– y rachas de viento por encima de 80 kilómetros por hora.
En la cara, se aliviará la sequía que ha obligado a restringir el consumo de agua en 13 concellos y a abastecer el líquido elemento con cisternas en otros siete. En lo peor, la intensidad de las lluvias será la prueba del nueve. El posible efecto arrastre de terreno quemado hasta el cauce de los ríos y embalses converge en la opinión de afectados y expertos, que solicitan un plan de análisis del riesgo de erosión y medidas urgentes.
La sucesión de condiciones antagónicas requiere diligencia y en la comarca de Trives y el Macizo Central –que ayer todavía estaba asediado por un nuevo incendio en Chandrexa–, los alcaldes, vecinos y afectados estudian soluciones para minimizar los daños, incluido el arrastre de suelo superficial y cenizas ladera abajo hasta los ríos.
"Es muy importante evaluar de urgencia las zonas quemadas y ver en cuál de ellas, por la intensidad del fuego y las condiciones orográficas que agravarán la erosión –más intensa a mayor pendiente–, hay que intervenir.
El drama es que hay muy poco tiempo para actuar, habrá que seleccionar los lugares de mayor interés ambiental y también hidrológico". En este sentido, un voluntario que colabora en el servicio de Protección Civil en Vilariño de Conso, otro de los concellos del Macizo Central golpeado, hace un diagnóstico anticipado en este sentido de lo que puede suceder. "No me lo quiero imaginar, pero el año pasado y solo por el incendio de Laza, el embalse de As Portas se ennegreció".
Fuente: Faro de Vigo
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