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sábado, 26 de febrero de 2011

Archivada la imputación por encubrir el crimen de Viana

Ni el mejor masaje facial hubiera conseguido relajar los músculos de su cara de esa manera. Cuando Fernando B.B. escuchó al fiscal Julián Pardinas que reclamaba a la jueza de Trives el sobreseimiento de la inculpación que hasta ayer pesaba sobre él, petición a la que también se adhirió el letrado de la acusación particular, al hasta ayer imputado se le transformó el rictus. A partir de ese instante, se convirtió un hombre sin cargos. Y, tras abandonar dependencias judiciales, se congratuló de que se hubiera hecho justicia.

Por la muerte de la joven vianesa Montserrat Martínez Fernández (21 años) el 14 de abril de 2001 sólo responderá ante un jurado popular Manuel Mouriño Faria (30 años) quien, según confesó nueve años después, mató a la joven, aunque sin intención.

Fernando B.B., quien hace ahora casi un año había sido imputado en el proceso en calidad de encubridor, a raíz de la declaración prestada por Mouriño, quedó exonerado de cualquier responsabilidad. Para las acusaciones no existen indicios que permitan sostener una inculpación en un juicio. La única prueba -la declaración de Manuel- resulta insuficiente. Este último aseguró ante la Guardia Civil y ante la instructora que Fernando estaba junto a una chica -no identificada- en los jardines de Cabo da Vila, el escenario en el que ocurrió la muerte de Montserrat Martínez.

En la comparecencia de ayer ante la jueza instructora para transformar el sumario en un procedimiento ajustado a la Ley del Jurado, también se concretaron las acusaciones que se formularán en el momento en que se decrete la apertura del juicio. El fiscal lo acusará de homicidio; la acusación particular va más allá, considerando que la actuación del joven se encuadra en un asesinato, esto es, un homicidio agravado porque, según el letrado, concurre la alevosía. Y ello en base al carácter sorpresivo de la agresión (ella acudió al paraje de forma confiada, ya que se trataba de un joven por el que se sentía atraída), que anuló la capacidad de defensa. Pero también el letrado cree que cabe hablar de asesinato porque, según sostiene, Mouriño desconocía que la joven estuviera muerta cuando la arrojó por un terraplén de cuatro metros .


Por su parte, el letrado de la defensa alega que Mouriño no quería matar a la joven con la que un año antes (en agosto de 2000) había tenido 'un rollete de unos besos'.

La conducta del inculpado responde a un homicidio por imprudencia o lo que es lo mismo 'un fatal accidente'. Según esa versión, Mouriño, de espaldas a la joven, empujó a Montserrat en el momento en que ésta se acercó a su cuello con la intención de besarlo, de forma que la chica recibió un fuerte golpe en la cabeza con un velador de hormigón que había en los jardines. Posteriormente, según su testimonio, 'preso del pánico', tras comprobar que no respiraba, la arrojó por un terraplén cercano, un zona con maleza en la que ocultó el cadáver, que fue hallado una semana después.

El abogado reclamó ayer dos nuevas pruebas para incorporar a la instrucción: la declaración de los agentes que detuvieron el 4 de abril de 2010 en Ibiza así como la determinación del momento de la muerte por parte del forense.

Fuente: La Region

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